¿Consideras que sabes manejar la ansiedad? ¿Cuántas veces has podido manejarla cuando la has sentido? ¿De qué forma la has manejado?
Vamos a intentar utilizar esta herramienta para manejar la ansiedad.
Vamos a imaginar una gran ola, mientras se va acercando y la vamos viendo venir nos da miedo y muchas veces nuestro instinto es alejarnos de ella, salir corriendo en dirección contraria.
Así creemos que podremos controlar la situación y conseguimos la calma, pero lo único que estamos haciendo en ese momento es evitar enfrentarnos a la ola, porque no nos gusta lo que nos hace sentir.
Cuando nos alejamos la ola se vuelve más fuerte y nos da más miedo, cada vez es más perseguidora, así cuanto más nos alejamos más grande se volverá.
Hay muchos momentos en los que necesitamos enfrentarnos a la ola, el golpe será fuerte de inicio, pero cuando podamos salir de ella será mejor.
Y esto es lo que a veces ocurre con los problemas, o con nuestra ansiedad, la rehuimos evitamos pero a veces no se puede evitar constantemente, además nos dará señales de que ahí está si no nos enfrentamos.
Nuestros pensamientos, recuerdos y emociones a veces son desagradables pero huir de ellos no nos aliviará, los convertirá en la gran ola que nos perseguirá. Si huimos de ellos estaremos huyendo de la situación, no sabremos lo que nos quieren decir y al final lo estaremos evitando.
Si por el contrario nos enfrentamos a ellos, los aceptamos, comprendemos, aunque al inicio suponga una sensación desagradable similar a cuando te metes en plena ola al escuchar lo que nos dicen nuestros pensamientos y emociones conseguiremos ser más flexibles, atendernos y comprendernos mejor. Y esto genera alivio, igual que cuando salimos de una ola gigante.
El objetivo es permitirnos más a nosotros mismos ya que así emocionalmente estaremos cerca de conseguir una mejor estabilidad y un mejor manejo de todo pensamiento y emoción.